El planeta se está calentando por causas naturales y como consecuencia de la acción del hombre. Las consecuencias nunca habían sido tan drásticas, ni habían supuesto un cambio tan peligroso. No hace mucho, la temperatura de la Tierra se mantenía en perfecto equilibrio. Sin embargo, el calentamiento global y el cambio climático han cambiado los patrones climáticos y las catástrofes naturales podrían ser más intensas y frecuentes.
Se conoce como ola de calor el período de tiempo consistente en más de tres días durante los cuales las temperaturas alcanzan o superan los 32ºC. Conocidas como un enemigo invisible cuyo efecto no se siente hasta que pasa un tiempo, se han convertido en algo casi normal en los veranos de algunos países, pero que puede ser letal.
No estamos acostumbrados a prestar atención a los avisos meteorológicos, sin embargo, no hay que tomarse las alertas por olas de frío como algo que no nos afecta. Tomar precauciones nunca está de más ante ese fenómeno meteorológico que puede paralizar nuestro modo de vida y causar muchos problemas.
Las tormentas, especialmente las que vienen acompañadas de carga eléctrica, pueden llegar a ser extremadamente peligrosas. Un rayo puede matar o herir a una persona, de forma directa o indirecta. Pueden suceder en cualquier lugar del mundo y a cualquier hora del día.
Cuando se acerca un huracán, el cielo se oscurece y el viento se intensifica. Al entrar en tierra, provoca lluvias extremas, vientos fuertes, olas enormes… Y su fuerza depende de la categoría que haya adquirido, pudiendo llegar a ser devastador.
Algunas de las montañas más hermosas del mundo son volcanes. Hoy en día, todavía se sigue investigando para poder predecir su erupción. Algunos muestran indicios de una actividad eruptiva próxima, sin embargo, la mayoría entran en erupción sin previo aviso, con consecuencias que pueden llegar a ser devastadoras. Los supervolcanes pueden causar erupciones masivas y extensas provincias ígneas, debido a los flujos basálticos. Se conocen al menos 1.500 volcanes activos en la tierra y se calcula que habrá unos 10.000 en el suelo oceánico, sin embargo, la cifra podría ser incluso mayor. En cuanto a los supervolcanes, no existe una cifra oficial al respecto.
Los terremotos son uno de los fenómenos naturales más temidos por la población, sin embargo, las personas tienden a asentarse en las zonas más peligrosas, propensas a estos movimientos sísmicos.
Los tornados son una de las tormentas más violentas de la naturaleza capaces de destruir cualquier cosa. Pueden formarse de repente, apenas dando tiempo para emitir un aviso y no siempre son predecibles.
Provocados o no, la intensidad y frecuencia de los incendios forestales causan efectos dramáticos sobre nuestro suelo que, en ocasiones, pueden ser irreversibles. Una de las principales consecuencias son las inundaciones, la desertificación y la muerte de especies animales y vegetales.
Los tsunamis se generan cuando existe actividad tectónica submarina u otro movimiento en el mar como, por ejemplo, un deslizamiento del suelo marino. Pueden remover gran cantidad de agua dependiendo de su energía. Algunas pueden alcanzar los 30 y 50 metros de altura y golpear con una fuerza devastadora.
Un tifón es un potente ciclón tropical, un sistema de bajas presiones que se mueve en sentido inverso a las agujas del reloj. Puede causar importantes daños debido a los fenómenos meteorológicos adversos que lo acompañan.
No hace mucho, se pensaba que lo que tiene lugar fuera de nuestro planeta, no afecta a la Tierra. Pero, lo que sucede a miles de kilómetros por encima de nuestras cabezas tiene sus efectos en nuestro planeta, los animales, las tecnologías, y nosotros mismos.
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